Santo Domingo, RD.- En un solemne y emotivo acto, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, junto a varios legisladores y altos funcionarios, rindieron una guardia de honor en memoria del destacado exdiputado por San Cristóbal, Manuel Díaz, quien falleció el pasado lunes, dejando un legado imborrable en la historia política de la nación.
Durante la ceremonia, celebrada en la funeraria Blandino, Pacheco resaltó la entrega inquebrantable de Díaz a la Cámara de Diputados, donde sirvió con devoción y compromiso durante los últimos 22 años de su vida. El presidente de la Cámara no solo destacó la trayectoria profesional del exlegislador, sino que también ofreció un testimonio profundamente personal sobre la relación que ambos compartieron.
“Manuel Díaz no fue solo un colega; fue un amigo entrañable, un hermano de batallas y un compañero que dejó una huella indeleble en mi vida y en la de todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo”, expresó con visible emoción Pacheco, reflejando el respeto y la admiración que sentía por el fallecido.
En medio de un ambiente de recogimiento, los diputados presentes reconocieron la trascendencia del legado de Díaz, recordando su incansable labor en pro del bienestar del país. Subrayaron su contribución no solo como legislador, sino también como un hombre comprometido con el servicio público, cuyas acciones resonarán en las futuras generaciones.
Manuel Díaz será recordado por sus innumerables logros legislativos, pero sobre todo por el impacto positivo que dejó en quienes compartieron su vida y labor. Su partida deja un vacío profundo en la política dominicana y en los corazones de aquellos que caminaron a su lado.
En un gesto cargado de simbolismo, el presidente Pacheco, junto a un grupo de legisladores, entregó solemnemente la Bandera Nacional a la familia del exdiputado, rindiendo tributo a su incalculable aporte y reafirmando su estatus como una figura insustituible en la historia del Congreso dominicano.