Las autoridades de la ciudad china de Wuhan —donde se localizo el primer brote de coronavirus a finales de 2019— han vuelto a permitir a sus residentes salir a la calle sin mascarilla protectora, hasta ahora obligatoria a causa de la pandemia.
A pesar del levantamiento de la medida, numerosos ciudadanos continúan usando cubre bocas en la vía pública por su seguridad y la de la gente que los rodean.